En estos centros se almacenan la mayor parte de las referencias vendidas en las tiendas (temporada, reposición, campañas, saldos, …) y se desarrollan las actividades habituales de recepción, crossdocking, ubicación, picking, clasificación, consolidación y envío, así como servicios diversos de valor añadido (etiquetados, control de calidad, alarmado, servicio técnico, etc.) y la logística inversa para la gestión de devoluciones.
La cobertura de stock es cada día menor en las tiendas, cuyo espacio se destina principalmente a showroom y los almacenes, que igualmente deben contener sus stocks para mantener la competitividad del negocio, necesitan ser cada día más ágiles y eficientes de cara a mantener un servicio de calidad al consumidor. LPM puede ayudarle en la definición de las mejoras para su almacén, en el planeamiento del mismo y en la ejecución aportando nuestra experiencia y nuestra capacidad de gestión.